Quédate

Le sujetaba de las mangas
para que no se fuera,
aunque él nunca había
estado del todo:

-Quédate y te prometo
que mañana,
o dentro de un segundo,
te dejaré marchar;
el tiempo suficiente
para encontrar un acorde,
un regalo,
que tú no necesitas,
pero habrá sido bello.

Comentarios

Entradas populares